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Tonada del viejo Amor

Después de un tiempo (poquito...) de no publicar, por desperfectos técnicos en el blog, aquí les traigo este precioso tema, cantado como los Dioses por su autor Eduardo Falú, autor de la música, porque la letra es de Jaime Dávalos, escuchen esa guitarra y no me digan que no es maravilloso como suena, así como la hermosa voz de varítono de Falú. Difruten!!



Grabé tu nombre y el mío en las arenas del mar
y un juramento que nunca me atrevería a jurar.
El viento, como el olvido, la arenita se llevó
y ahora se ha vuelto arena lo que juramos tú y yo.
No le prometas a nadie que nunca lo olvidarás,
porque el amor es eterno y nuestra vida fugáz.

Y nunca te he de olvidar
en la arena me escribías
y el viento lo fue borrando
y estoy más solo mirando el mar.

Qué lindo cuando una vez
bajo el sol del mediodía
se abrió tu boca en un beso
como un damasco lleno de miel.

Herida la de tu boca
que lástima sin dolor
no tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol.

Quisiera volverte a ver
sonreír frente a la espuma
tu pelo suelto en el viento
como un torrente de trigo y luz.

Yo se que no vuelve más
el verano en que me amabas
que es ancho y negro el olvido
que entra el otoño en el corazón.

Letra de Jaime Dávalos y música de Eduardo Falú.

Jaime Dávalos nació en San Lorenzo, pequeño paraíso serrano, a unos quince kilómetros de la capital de la provincia argentina de Salta, el 29 de Enero de 1921. Creció en la embriaguez de una naturaleza vivida entre cerros multicolores, y resultó un ser lleno de dichos y coplas, pleno de sabiduría de la tierra, vital y báquico: una personalidad singular en la canción argentina de proyección folklórica. Fue, verdaderamente, un adelantado, un precursor. Sus audacias, tienen cierto tinte nerudiano, pero están hondamente enraizadas en el solar salteño; a todos asombraron sus metáforas novedosas, y su tono, mezcla de lo más exigente y elaborado con lo coloquial y lugareño. Canta, por ejemplo, en El Paraná en una zamba, como si describiera una pintura de Dalí: “Brazo de la luna que bajo el sol/el cielo y el agua rejuntará...”
Jaime Dávalos agota, casi, los saberes y haceres del canto popular: es poeta, cantor, compositor, toca la guitarra, la caja, el charango y la armónica.
Persiste en nuestra memoria su figura angustiosa expuesta en el escenario del Luna Park, cuando desde el movimiento DECUNA (Defensa de la Cultura Nativa) lo invitamos a participar en el Festival inaugural de protesta ante las prohibiciones y las amenazas a la cultura por parte de la dictadura militar.
Esa noche se quebró en un llanto interminable cuando recitaba su Canto a Sudamérica , por lo que sucedía en el país y porque algunos folkloristas, compañeros de toda la vida, habían invitado a varios militares genocidas, como Viola, Bussi y otros, ubicados en las primeras filas. A pesar de padecer una larga enfermedad, él quiso plasmar en cuerpo y alma su certera convicción frente al miedo y la traición de sus pares: “El hambre, la violencia, la injusticia, la voluntad del pueblo traicionada, no harán más que aumentar su rebeldía, no harán más que apurar en sus entrañas una revolución que viene a unirnos en una sola espiga esperanzada, porque América –tierra del futuro- igual que la mujer vence de echada”.
Fuente: quinteto tiempo

Eduardo Falú:
Nació el 7 de julio de 1923 en El Galpón, provincia de Salta en la República Argentina. El Galpón es un pequeño pueblo, un antiguo lugar de carreteras hacia la provincia del Chaco, en el que Falú permaneció muy brevemente. Hijo de Juan
Falú y Fada Falú, ambos sirios de igual apellido pero no parientes.

Eduardo Falú es un artista multifacético, aclamado de forma internacional, imposible de encasillar dentro de una sola idea. Es un refinado guitarrista, cantante consumado y un distinguido compositor. La calidad de su barítona voz, es admirada y amada en el mundo entero. Escucharlo, eleva y purifica.

La trayectoria artística de Eduardo Falú comieza en el ambiente familiar, más tarde se extiende a Buenos Aires, capital de la República Argentina, para luego conquistar y apasionar a los públicos más disímiles: América, Europa, Rusia, y Japón.

Como compositor, no sólo es el creador de obras modernas folclóricas, sino también de obras clásicas.

En su música se advierte una marcada influencia de las melodías de su provincial natal. Salta tiene ritmos propios: El Carnavalito, el Bailecito, la Cueca y algunos otros derivados de la combinación de la música india propia del lugar, y las melodías españolas que acompañaron a los conquistadores.

Si bien algunas de sus composiciones nos cuentan historias de los mineros bolivianos, los trabajadores en las zafras, los barqueros del Río Paraná, otras canciones nos relatan aspectos más universales de la humanidad: amor, muerte, soledad, coraje y la injusticia.

Eduardo Falú ha creado música para más de un centenar de poemas, no sólo de Jorge Luis Borges y Jaime Dávalos, sino también de León Benarós, Manuel Castilla, Alberico Mansilla entre muchos otros.
Fuente: el rincón del Guitarrista

1 Lector Dio su Opinión:

partituras dijo...

Un enorme guitarrista don Falú y la Tonada, que intepretó en muchas grabaciones, una de sus obras más entrañables. Falú es un clásico ya.
Lástima que Juan Falú no sea su hijo: se lo merece el flaco.
(Si alguien precisa la partitura, va sin cargo.)
Salute knelita

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